jueves, 5 de febrero de 2009

Subir y bajar escaleras...

Hola!
Se me conoce como Chocolates pero obviamente, ese no es mi nombre real. Tengo 21 San Valentines y soy enamoradiza, impertinente, pueril, sarcástica y estoy como un cencerro. Me encanta cometer todo tipo de excesos contra mi persona e irme de fiesta. Me pierden los hombres, más de treinta y mucho que de treinta y pocos, y eso me causa algún que otro quebradero de cabeza.
Currante con avaricia, me paso las noches viendo pelis de serie B y Z y, capítulos de series añejas (pero no por eso menos buenas), como V-Los visitantes o X files. Eso sí, sin hacerle un feo a la actualidad televisiva americana de a ABC o la HBO. Sí, también veo LOST, Sex and the city o otras superproducciones de seriales de las majors estadounidenses.
Comparto piso con Nuggetina que viene a pedirme tabaco cada dos por tres. Es una chica muy maja, pero ya la conoceréis en próximas publicaciones.
Sé que moriré caminando porque no me puedo estar quieta. Y adoro los nuggets. Y está claro que también el chocolate.
No os podéis ni imaginar el asco que da el mundo visto desde estos ojos de tocino, que no son otros que los míos.
Se auguran lluvias y tormentas en las cimas de Montbronx y, desde mi ventana se ve parte de Barna City, iluminada, silenciosa (desde aquí), con esas lucecitas titilantes, que se encienden y se apagan cada vez que algún jodido vecino del edificio, sube o baja las escaleras.
Están poniendo ascensor en nuestra guarida.
Cuentan que, en el estado de El Asco, colindante con Collserola del Sur, al Norte de Los Huertos, los edificios se construían sin ascensor ni calefacción.
Hay vecinos y gente mayor que siempre han vivido aquí y están acostumbrados a subir y bajar peldaños cada vez que regresan a sus hogares.
Eso, y los grandes gastos que suponía hace un año la instalación de un ascensor, habían hecho de la respuesta de los habitantes del bloque, una negativa constante a la iniciativa.
Ah, pero hermanos… la crisis llega a todas partes.
Las empresas de construcción, arruinadas por el importante peso que han perdido los especuladores inmobiliarios y, desesperadas con tanto paro, habían decidido rebajar sus precios.
Y ahora tenemos en la comunidad, las obras de un nuevo ascensor.
No es que sea especial, ni mucho menos.
Se comenta que en Sanjatan, barrio vecino al Montbronx, ya se habían empezado a instalar ascensores la década pasada.
Algunas personas de la tercera edad, que vivían en bajos y primeros pisos, se habían negado a pagar, ya que apelaban al hecho del no uso del susodicho invento por vivir más cerca del suelo.
Así pues, alguna vez si tienes suerte, puedes coincidir en el rellano con la señora Conchita, la del 1º 3ª, cargada con bolsas del Caprabo, sacando la lengua de agotamiento…
-Señora Conchita, ¿quiere subir usted en el ascensor?
-No. Yo no me subo ahí- y te mira con cara de recelo.
-¿Seguro?
-Si yo no lo he pagado, yo no me subo.
Y es que la gente de Sanjatan tiene unos huevos como casas.
Al final, como no puedes convencer a la puta anciana de mierda, terminas por subirle tú mismo las bolsas hasta su casa.
Y como catalana que es la señora Conchita, no te da ni un duro de propina para chucherías y/o tabaco.
Y hablando de escaleras y ancianos…
Estaba caminando esta tarde hacía mi morada y he coincidido con un viejuno que subía los peligrosos peldaños (sin barandilla) de la plaza de debajo de nuestro bloque…
-Nos vamos a caer todos como cucarachas viejas- refunfuñaba el tío.
Y yo me pregunto… ¿Las cucarachas envejecen?
Dejadme alguna respuesta en los comentarios para que medite sobre el tema…
Cuando sea vieja, yo también diré frases absurdas para atolondrar a la muchachada.
De hecho, ya lo hago (jejeje).
Más de viejos y escaleras…
Según la manera que tengan de caerse o tropezar por ellas, pueden hacer que te descojones toda una tarde o bien, que te pases la noche llorando de pena (yo es que soy muy sensible).
Aquí en Montbronx, cuando un viejo se ostia subiendo a la falda de Collserola o bajando las escaleras de su bloque, presume de haber sido agredido por una manada de jabalís que vienen a comer al territorio del horrible ser humano.
Al vivir al lado del fantástico y sideral Hospital de la Vall d’Hebrón, vemos muchos ancianos subiendo y bajando del autobús, escalando peldaños para legar a los edificios medio encastados en la montaña o paseando por las plazas y parques de la zona.
Nosotras vivimos enfrente del edificio de Maternidad. Y nos hartamos de ver gordas con bombos super-preñadas.
Los gatos sí que son los verdaderos amos del lugar.
No estoy mirando por la ventana por nostalgia de Lluvia, no.
Es que hace un rato he bajado a tirar la basura y he sentido una presencia… aunque no he visto a nadie. Sigo expectante de poder ver algo hoy.
Parece que unos gatitos se pelean por una bolsa… hay algo dentro…. Ese algo se mueve.
La jauría de felinos callejeros se apartan un poco para atacar el paquete, todos a la vez. Es su presa…
Acabo de ver salir una especie de sombra de entre el amasijo gatuno… Ya averiguaremos de qué se trata mañana.
Una taza de te y a la cama… Ya tuvimos suficientes nuggets por hoy.



Chocolates

1 comentario:

  1. Las cucarachas envejecen, muy rápido de hecho. Si usted sigue fumando también va a envejecer rápido, hala.

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